Actualmente, la ciencia confirma que el oído es el más cualificado de los estímulos sensoriales cerebrales. Se estipula que el 20 % corresponde a la vista, el 30 % corresponde al gusto, olfato y tacto y el 50 % corresponde al oído, que despierta e impulsa al cerebro, además de protegerlo contra el deterioro.
Desde el enfoque psicofisiológico se ha comprobado que el diencéfalo es el área cerebral que recibe los motivos y diseños melódicos, activando toda una serie de respuestas internas relacionadas con sentimientos y emociones.
Se ha comprobado también que la práctica de la ejecución musical mediante un instrumento, favorece la mejora del rendimiento a nivel cerebral. La ejecución de la música (también la audición), por otro lado, activa ambos hemisferios cerebrales. Debido a ello, para los estudiantes de música, está comprobado que las aptitudes de la concentración, memoria y disciplina experimentan un notable desarrollo. Lo que sucede realmente es que el cerebro intensifica su actividad al tener que satisfacer diversas funciones que implican concentración y precisión. Esto sucede al tocar instrumentos como los teclados o los instrumentos de cuerda, entre otros. Debido a ello, el cerebro desarrolla y mejora sus funciones y sus capacidades de enfoque y exactitud.
En estudios recientes publicados por Heinrich-Hein University en Alemania, se comprueba que la estructura del cerebro experimenta modificaciones en las personas que escuchan música o interpretan algún instrumento musical.
En concreto, se observan modificaciones en el cuerpo calloso del cerebro, unas fibras nerviosas que forman parte del cerebro. Estas fibras son más extensas en las personas que se relacionan con más frecuencia con la música, ya sea como oyentes o intérpretes. El cuerpo calloso tiene como función conectar por medio de las fibras la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales.
Se ha comprobado también que los pacientes que han experimentado un infarto o problemas cardiovasculares, tienen una recuperación más rápida cuando mantienen un contacto frecuente con la música. No es exagerado afirmar que la salud mejora con la música.
Otro beneficio que se ha podido observar es el beneficio que aporta la música en conexión con el aprendizaje en otros idiomas. Las características claves de la música, tales como el tono, el timbre, la intensidad y el ritmo, tienen estrecha relación con las variaciones del habla de los distintos idiomas. Así, la música nos permite descubrir más fácilmente los diferentes timbres, tonos y ritmo de los diferentes idiomas.